flickr de "desojando margaritas de papel" Hay mujeres a las que les encanta compartir su vida privada con todo el mundo y te empiezan a contar todo con detalles, como si a nosotras nos importara. El otro día, viendo “40 y tantos”, la teleserie nocturna del 7, me di cuenta de que el papel de la Katina Uberman es así de apestoso, lo que me hizo recordar a una vieja compañera de trabajo.
Ella era buena onda, pero tenía ese terrible defecto. Hablaba sin parar, narrando hasta los últimos pormenores y pidiéndome consejos cruciales sobre su relación, con un tipo que yo no conocía. Me cargaba que supusiera cosas sobre mi e hiciera comentarios como si de verdad me conociera. Pero sobre todo que esperara una reacción similar. Lo peor fue cuando un día, así sin anestesia, me dijo que yo era "su mejor amiga".