No hay nada que me apeste más que esas personas que andan por la vida de blancas palomas, aparentando bondad y haciéndola notar donde quiera que vayan. No pelan, nunca nadie les cae mal y te hablan con ese tono "atento" como si realmente se interesaran por tu vida. He visto a un par de estas personas descuerar a alguien en privado y después darles un abrazo. Todo para mantener esa imagen dulce y compasiva que la gente adora. Yo creo que de verdad, como dice el acertado slogan de “Mi Villano Favorito”, ser bueno está sobrevalorado, absolutamente. Es demasiado difícil ser completamente bueno, porque si eres bueno entero entonces eres Jesús o la Virgen María, o un ángel caído, qué se yo, alguien bacanmente especial. Ser demasiado bueno es casi antinatural.
Aunque los peores son los falsi-buenos, porque ellos nunca quedan mal con nadie, pero en el fondo desean hacerlo. Son esos que nunca expresan su mala onda, se guardan todo calladitos, pero cuando explotan... son mortales. Ahí está el clásico ejemplo de Michael Douglas en "Un Día de Furia", se aburrió de aguantar tonteras y los mató a todos.