Hoy regresa a Chile una de las bandas más influyentes de los últimos 30 años en las radios de todo el mundo, y pese a ser los amos y señores de una época que hace bastante tiempo quedó atrás, se mantienen inmensamente vigentes en base a una trayectoria que ha sembrado clásicos generacionales en cientos de miles de jardines melómanos a través del mundo.
Sin ser un fanático consumado de Bon Jovi, me atrevo a destacar las cinco canciones que, en mi opinión, son obligatorias en cualquier previa para todas aquellas delirantes seguidoras de la banda que, en sus iPods, radios del auto o computadores, comienzan ya a vivir uno de los eventos más esperados del año. Livin' on a Prayer: Desde 1986 a la fecha ha sido el himno indiscutido y canción emblema de Bon Jovi. Es la canción número 46 entre las 100 mejores del rock de todos los tiempos según Billboard, y este año fue escogida en forma arrolladora por el público para ser tocada por la banda en la edición 52 de los premios Grammy.
Always: Es la mejor balada romántica de todo el repertorio de Bon Jovi. Desde su aparición en 1994 es una de las favoritas en toda fiesta y compilado de fin de semana para muchas parejas que escaparon en auto a la playa, además de ser fundamental para entender la parrilla radial de la década pasada.
Let it Rock: La guitarra del incombustible Richie Sambora brilló con todo en esta canción, que sirvió para redefinir la forma en que debían sonar los megaconciertos. Desde entonces, Bon Jovi pasó de ser una banda que llenaba exitosamente teatros y estadios, a una banda exitosa de clase mundial que llenaba arenas.
You Give Love a Bad Name: Desde el comienzo a capella hasta ese coro inmortal, esta canción tiene todos los elementos para trascender al ocaso del rock de grandes arenas y sonar durante décadas con tanta fuerza como la primera vez que cualquiera de nosotros la oyó en radio o, tal vez, en uno de esos cassettes que rebobinábamos con un lápiz.
Bad Medicine: Otra de las emblemáticas de Bon Jovi, prácticamente no necesita introducción y es número obligado donde quiera que la banda se presente. Simplemente, uno de esos clásicos que sonarán en las radios hasta que las emisoras dejen de existir.