No sé ustedes, pero lejos mi fecha favorita del año es la Navidad. Sé que es una lata el tema de los regalos, ir a comprar, que todo esté lleno, que todo sea caro; pero créanme si hacemos todos esos trámites con tiempo, no hay nada malo en esta hermosa festividad.
Todo me encanta! El arbolito, los adornos, los monitos de nieve- aunque para nosotras en este hemisferio no estén muy a lugar- los galletitas, los viejitos pascueros.
Es un día en el que andamos felices, despreocupados, agradecidos de tener lo que tenemos, de poder pasar tiempo con nuestras familias. Lejos lo mejor es sentarse a comer cosas ricas y que nada más que compartir con los demás nos importe. Nos olvidamos de la pega, de las dietas, de si estamos enojadas con nuestros papás. En la noche buena, mágicamente, todos los problemas pasan a un segundo plano.
Y aunque los regalos sean algo bastante materialista; son a la vez, una experiencia gratificante. Siempre que los compro, me dan ganas de entregarlos inmediatamente; porque es demasiado rico ver la cara del otro, cuando te das cuenta de que lo que escogiste con cariño y dedicación, realmente le gustó.
Y a ustedes…¿qué les parece la Navidad?