- Que no respetemos su espacio: Por lo general, los hombres no andan contando todo lo que les pasa y no necesariamente porque oculten algo. El tema del interrogatorio; ese maldito afán de nosotras por querer saber todo; es lo que los agobia.
- El lenguaje femenino: Ellos creen que la mente femenina es muy compleja y difícil de descifrar. Creen que hablamos en clave, lo que termina desesperándolos.
- Cuando somos demasiado sentimentales: Como les cuesta manejar sus propias emociones, menos se van a sentir capaces de contener a sus parejas.
- Ir de compras: Odian estar horas eligiendo un par de zapatos. Ellos están acostumbrados a comprar lo que primero que ven. Nosotras en cambio, somos amantes del vitrineo y no nos decidimos después de haber estado 5 horas en el mall.
- Los celos: Odian las escenas de celos; sobre todo cuando no tienen ni pies ni cabeza. Porque reconozcámoslo; a veces nos pasamos rollos donde no hay.
- La inseguridad: La confianza en una misma es una de las cosas que ellos encuentran más atractiva de nosotras; por lo tanto una mujer que vive dudando de cómo se ve o cómo le cae a los demás, termina aburriéndolos.
- Cuando somos demasiado habladoras: Les desespera el hecho de que nos demoremos 10 minutos en responder una simple pregunta. Ellos son mucho más concretistas y escuetos para sus respuestas, por lo que no están acostumbrados a eso.
- Que usemos el sexo como arma: No soportan que por el hecho de estar molestas, no queramos tener relaciones. Lo mismo, si sucede lo contrario; y tratamos de arreglar los problemas con sexo.
- Cuando se nos pasa la mano con el pelambre: Si bien ellos también disfrutan de vez en cuando escuchar o hablar de un cahuín específico; les molesta cuando nos dedicamos a descuerar a otras mujeres, sin ningún tipo de filtro.