- La timidez: Si le gusto, que se note. Me cargan los pavos que no son capaces de invitarte a salir o llamarte por teléfono porque les da vergüenza. Me gustan los hombres más decididos; eso sí, que no se pasen al extremo del acosador, porque agobian.
- Los regalos: Aunque debo admitir que de vez en cuando me gusta que me regalen cosas, el hombre que trata de comprarte con cosas materiales no va conmigo. Además, me imagino que ese tipo de hombres piensan que no pueden conquistarte de otra forma que regalándote cosas, por lo tanto, este comportamiento denota demasiada inseguridad y baja autoestima.
- Que no sean cariñosos: No hay nada que me guste más que esos pequeños gestos de cariño cuando estás empezando a salir con alguien. Que de repente te abrace porque tienes frío, o te haga cariño en la pierna mientras están conversando; o simplemente te tome la mano cuando van caminando. So romantic!
- Cuando tú tienes que tomar todas las decisiones. No hay nada más apestoso que cuando ellos te tiran la pelota de todo: dónde quieres ir, qué quieres comer, qué película te gustaría ver, etc, etc, etc. Está bien que te quiera dar en el gusto, pero cuando tú eres la que termina por decidirlo todo, es prácticamente como si él no tuviera opinión.
- Cuando te hablan de sus conquistas. No puedo soportar a esos hombres que con tal de hacerse notar y demostrar lo “minos” y conquistadores que son – o creen que son- terminan contándote acerca de cada una de sus ex. Yo prefiero no escuchar esas cosas, me mata las pasiones de una.