A propósito de la PSU y la postulación a la universidad, rescaté un artículo del diario La Nación titulado "Escuela de Señoritas", una mirada a la carrera Administración y Servicios en la Universidad de Los Andes que aunque no lo parezca, enseña a las mujeres a explotar su supuesto talento natural para ser amas de casa.
¿Por qué estudian esta carrera? Una de las pudientes chicas de aritos de perla explica: "Lo más importante es que me enseñan a ser una súper mujer, súper woman o súper nana. Nos fijamos en cosas que el resto no: la casa, la cocina, la pieza, el orden y saber callar cuando tienes que callarte".
Otra chica cuenta por qué a los hombres les gusta que estudien esto. "Nos encuentran exquisitas porque somos súper femeninas, nos preocupamos de nuestra apariencia física, de cultivarnos intelectual y espiritualmente. Eso hace el medio más bonito". O sea, el "ideal de mujer", dice otra.
Yo pienso radicalmente distinto. 1) No creo que las mujeres por el sólo hecho de serlo, tengamos habilidades especiales para lo doméstico-privado. Para mí, eso es cultural, si te crían señorita, sentirás que es correcto ser así. En mi caso, mi mamá nunca me limitó en comparación a los hombres. Quizá por eso salí tan "tres cocos".
2) ¿Qué significa ser una "super mujer"? ¿Atender como pulpo a "tu hombre"? ¿Tener muchos hijos y dedicarte a ellos cien por ciento, mientras tu pareja trabaja y te mantiene? ¿Llevarte toda la carga doméstica sola? ¿Cómo es eso de "callar cuando tienes que hacerlo"? Me niego a ser ese tipo de mujer.
3) Por último, creo que el "ideal de mujer" es muy personal, me opongo a que exista un modelo único, que se siente de pierna cruzada, ría y comente cuando un hombre se lo permita. El resto de las mujeres, para ser aceptadas socialmente, debemos asumir ese modelo. Me revelo a todo eso.
Lo que menos me cabe en la cabeza de todo esto, es que las universidades son un espacio de cambio y de crecimiento cultural, me parece increíble y ridícula una carrera que perpetúe imaginarios machistas del tiempo de las cavernas. ¿En qué país vivimos? Me siento indignada.