Foto vía
Si hay algo detestable es la gente que te mete conversa sólo para poder vomitar de una vez todo lo bueno que le ha pasado. Situaciones como ésta, le ha pasado a todo el mundo en el chat o al encontrarse a alguien en la calle:
-Personaje: ¡Hola, tanto tiempo! ¿Cómo estás? -Arolas: Hola, qué tal personaje, tanto tiempo sin saber de ti. Por acá todo bien. ¿Y tú? - Personaje: yo estoy la raja, haciendo un Magíster, pero eso después de mi viaje por Europa que estuvo tremendo, porque recorrí todo ¿conoces la Torre Eiffel? Es maravillosa, bueno allá conocí un francés que se volvió loco por mí y conseguí un trabajo estupendo que me pagan en Euros y me compré un auto último modelo...
Me parece súper gratuito. ¿Para qué contarle tus intimidades ganadoras y exitosas a gente que no ves hace mil siglos? Es tan engreído, tan alumbrado. Esa actitud me cae mal. No es igual a cuando me encuentro a una amiga que quiero y que sé que se está esforzando en algo y lo consigue. Entonces es felicidad máxima.
Lo que me carga es esa gente que no ves hace mucho, que casi desapareció de tu vida, y sólo se te acerca o te saluda para tirar toda la carne a la parrilla y poder lucirse con su éxito. Qué feo.
Si le está yendo bien, excelente, todas mis buenas vibras y buena onda, pero tirártelo todo en la cara como un pastel en El Chavo, cuando en la vida nos saludamos, no me parece. Usted conténgase, porque la verdad es que esta actitud cae como patada en la guata. ¿No creen?