Cuando al fin nos libramos del duelo, de la pena y la angustia, volvemos a disfrutar de esas pequeñas grandes cosas que hacen que ser soltera sea entretenido y placentero. Por ejemplo, poder disponer de nuestro tiempo sin culpas de pasar a llevar a alguien o de no incluirlo, saliendo con amigas, conociendo gente nueva, compartiendo con la familia o simplemente no haciendo nada, sólo escuchándonos y regaloneándonos. Porque pucha que es rico tener tiempo para una, escuchar música, salir a caminar sola o leer un libro.
Y, aunque en rigor no deberíamos dejar de hacerlo nunca, es más complicado cuando estamos en pareja e intentamos hacer calzar tiempos y actividades. De esta forma una cosa lleva a la otra: nos sentimos más contentas con nosotras mismas porque nos damos el tiempo de hacer lo que queremos, cuándo queremos y cómo queremos, nos escuchamos y complacemos, nos sentimos más lindas y seguras y, sin duda, que lo proyectamos al resto.
Siento que después de cada termino una se redescubre un poco, llevándose una buena sorpresa la mayoría de las veces cuando somos capaces de ver lo que no nos gusta de nosotras y afrontamos cambiarlo con optimismo.
Además, cuando los cercanos se enteran de tu ruptura fijo que se preocupan y se hacen más presentes en tu vida, reactivándose tu vida social. Porque a quién no le ha pasado que deja de llamar a un amigo o amiga porque cacha que está con el pololo y que sin ella o él difícil que se motive a hacer algún panorama.
Mi filosofía, después de vivir la pena y llorármelas todas, disfrutar. Disfrutar del tiempo, de mí y de mi entorno. Pensar en lo que quiero y usar mi tiempo en nutrirme y crecer.
Siempre es bueno tener en mente estas cositas antes de echarse a morir: Podré darme gustos, mirarme por dentro y ponerme bonita, disfrutar como quiero de mí y de mi cuerpo, de mis tiempos, amistades y familia y descubrir la mujer que quiero ser, re articularme y seguir, con una experiencia más de la que aprender. Porque con un compañero al lado o no, lo más importante siempre es no olvidarse, sobre todo cuando tenemos más tiempo para pensar en nosotras.
No nos quedemos pegadas con los estereotipos que nos muestra la televisión de la mujer sufrida que sólo vive para estar en pareja porque claro que sufrimos, pero somos capaces mil veces de sanarnos y seguir adelante.