Recuerdo una noche en que viajé al Litoral Central en plena temporada estival, con los terminales atiborrados de gente. Venía saliendo de mi trabajo de entonces y quería aprovechar al máximo el fin de semana. Sin embargo, llegando al rodoviario, ¡sorpresa! Caos total. Mi bus no pudo estacionarse en el andén, por donde serpenteaba gran cantidad de personas. Entonces, nos avisaron que debíamos caminar hacia una calle aledaña para poder abordar el vehículo. Es en esta clase de situaciones que las personas suelen estar más receptivas para una conversación agradable. Fue así que inicié un ameno diálogo con una pareja, pasajeros del mismo bus que me trasladaría hasta la playa. Eran realmente encantadores. Hicieron de mi viaje una experiencia muy interesante. Ambos venían llegando desde Panguipulli, lugar donde habían pasado las que ella describió como “unas vacaciones mágicas”.
Me contó que - por sus raíces indígenas - decidió visitar estos lugares a fin de participar de una ceremonia bautismal, efectuada de acuerdo a las creencias mapuches. Tal experiencia – dijo – fue simplemente sublime. Aprovechó dicha instancia para recorrer junto a su pareja los alrededores de esta fantástica ciudad, a la que se refirió como “el Paraíso”, tanto por la tranquilidad que allí se respira como por sus aguas cristalinas. En su cámara guardaba verdaderas postales, imágenes de ensueño que capturó durante esos días idílicos.
Tanto fue el entusiasmo de mi improvisada travelmate por Panguipulli, que averigüé respecto de esta sureña localidad, ya que justamente andaba buscando un buen sitio para veranear. Descubrí que no sólo es bellísimo para programar las vacaciones, sino que además su ubicación es estratégica: el también llamado “Destino Siete Lagos”, comprende entre sus paradas lacustres Panguipulli, Calafquén, Pirehueico, Pellaifa, Riñihue, Neltume y Pullinque. O sea, ¡ideal para quienes amamos la sublime belleza del agua!
La turística e imperdible Panguipulli, joya de la Región de Los Ríos, ofrece además una cómoda cercanía con lugares tan hermosos como Puerto Fuy y Huilo – Huilo. ¡Recomendable nivel Supremo! Y, conforme a la experiencia de la chica del bus, las termas de Liquiñe son un “must”: hermosas y económicas; perfectas para liberarse del estrés citadino, renovando energías.
Desde aquel simpático viaje en bus hasta la costa central, conocer Panguipulli es un valioso objetivo para cumplir junto a mi novio e hijo. Si bien no pudimos hacerlo el año en que mi encuentro con esta agradable pareja tuvo lugar, es uno de mis propósitos para el año que pronto inicia. Es tal la belleza que dejan ver sus fotografías, que estoy segura de que cuando lo logre, no haré otra cosa que agradecer – a distancia - el excelente dato a aquella improvisada y entrañable travelmate. Así es que Panguipulli, espéranos en todo tu esplendor, que se viene el verano y… ¡Allá vamos!