Una curiosa receta para lograr un corazón pleno es la que proporciona el psicólogo español Rafael Santandreu. Este personaje declaró a LUN que la clave de la felicidad sería “cambiar de pareja cada cinco años”. ¡Plop! Tal como lo leen.
El profesional fundamenta su hipótesis señalando que “la especie humana no es monógama y sus exponentes no están programados para mantener un vínculo que dure eternamente”. Es más, Santandreu pronostica que en el futuro “las parejas no proyectarán estar demasiado tiempo juntas. Las sociedades serán matriarcales, marcadas por familias monoparentales con fuerte presencia femenina”. Remata con que el deseo sexual se agota tras el periodo que refiere, con lo cual los miembros de la pareja ya no serán felices permaneciendo unidos. (Pff, como si "eso" fuese lo único que importa)
Mi opinión - muy personal - a este respecto es que tal teoría obedece a la percepción (bastante sesgada) de Santandreu, personaje que tal vez concibe las relaciones como un producto desechable (pobre, quizás qué traumáticas experiencias habrá tenido). Al menos yo no considero que un vínculo afectivo sea el equivalente a un auto, que debo renovar cada cierto tiempo. No. Yo creo que una pareja se construye cada día. Obviamente evoluciona, ya que estamos hablando de personas y no de productos; cada quien vive sus procesos y la idea es que el otro los acompañe, procurando (claro está) no dejarse consumir por la rutina.
Tengo amigas que han cultivado una bonita relación por más de una década y se ven tan enamoradas como al principio. Yo misma llevo una buena cantidad de años junto a un hombre que cada día me fascina como en el primer momento. Yo creo que la clave está en re-encantarte constantemente con la persona que escogiste. Es lógico que exista “vértigo” tanto en los afectos como en la vida: hay momentos buenos y otros, malos. Pero el tema pasa por no darse por vencido a la primera dificultad y cambiar a tu compañero como quien cambia un par de zapatos. ¡No way! Lo crucial para un corazón pleno es la profundidad del vínculo. Aspecto que claramente no existe en el diccionario de quien estima que debe reemplazar al ser amado cuando éste "cumple su ciclo".
Afortunadamente, mi pensamiento es avalado por la doctora María Eugenia Brante, directora de psicología en la USS de Valdivia. La especialista señala que si bien la constitución de parejas ha cambiado en los últimos años (conviven más y se casan menos) la clave es escoger al compañero más adecuado para nosotras y recalca en que “los vínculos se reconstruyen”. Sobre la teoría de Santandreu, comenta que “es difícil pensar que una pareja durará cinco años, pero es súper válido para vender un libro”.
Así es que ¡ya saben, chicas! Pueden leer muchas cosas, pero lo importante es la voluntad que ustedes pongan en construir sus relaciones cada día. Claramente ello implica un trabajo emocional constante, por lo que si hay pereza en ese sentido, mejor adherir a la simplista teoría del psicólogo español. Pero si hay ganas y aguante ¡a luchar por ser felices! Miren que todo lo que vale la pena en la vida, requiere de un mínimo de esfuerzo. ¿No lo creen?
Fuente: LUN / Imagen CC purplemattfish