Mi vieja es de aquellas personas que no le gusta quedarse atrás en cuanto a tecnología: tiene Facebook y lo maneja súper bien. Aunque ya no sea novedad, para la edad que tiene encuentro genial que no le haya costado familiarizarse con las redes sociales. Es verdaderamente “seca”.
Y como los likes ya están pasando un poquito de moda, se ha encargado de rellenar sus carpetas de fotos con todo lo que ha encontrado por ahí. De un tiempo a esta parte, el escáner de la casa e Internet se han convertido en sus fieles compañeros.
Tengo un tío que no encontró nada mejor que empezar con un albúm familiar digital. En él cuenta toda la historia de la familia, incluyendo fotos para que más embarazosas y ridículas. Adivinen quien le ayudo a juntarlas…
A todos nos pareció chistoso hasta que se les ocurrió difundirlo a modo “público”. Por supuesto, nuestras sonrisas quedaron planas y tuvimos que ponernos a borrar imágenes que nunca deberían haber tocado la red. Ahí fue cuando en conjunto los “paramos” por el bien de la humanidad y anti bullying.
Y como era de esperar, no nos libramos de las risas de amigos, pero está bien, total "el que ríe último ríe mejor". Además es rico que tus papás se entretengan con lo que para uno forma parte de la vida cotidiana. ¿No les parece?
Foto vía Flickr CC