Recuerdo una vez que iba llegando a mi casa y me topé con un tipo de pelo largo, medio hippiento. Fumaba un cigarrillo y tenía un aspecto ¡muy relajado! No sé porque me llamó la atención y le sonreí. Desde ese día que me fijé en él, siempre lo veía cerca de donde vivo y las sonrisas se hicieron cada vez más frecuentes. Hasta que me dijo: "¡oye!, ¿cómo te llamas?" Y así empezamos a conversar, salir y conocernos.
Era de una onda un tanto distinta a la mía, en cuanto a educación y estilo de vida, porque reconozco que ¡igual tengo mi lado hippie para algunas cosas! En especial la locura por los aros largos y artesa, los pañuelos que tanto me gustan o la decoración de mi departamento. ¡Lo llenaría de atrapasueños por todos lados!.
Me involucré con el y a un mes de conocerlo me fui a Valpo a pasar unos meses con su familia. ¡A veces uno pierde un poquito la cabeza, jaja!, pero fue entretenido.
Me gustaba mucho su forma de ser ¡tan relajada!, su tranquilidad ante la vida, sin complicarse por nada. Lo pasaba muy bien con él y me hacía reír mucho. Pero (¡siempre hay un pero en las historias!), no era para mí. Yo lo sabía. Así y todo, igual seguí un tiempo con él.
Le tomé mucho cariño y lo que más me gustaba era sentir su apoyo. Si lo llamaba, siempre me decía que estaba ahí, que fuera a verlo. ¡Eso no lo encuentras con cualquiera! Y son cosas que valoro mucho.
Hasta que un día me di cuenta de que la relación no iba para ningún lado. Me llevó a la playa a vender cosas con él, artesanías y otros. Todo nuestro día se iba en eso. Sinceramente, colapsé: necesitaba respirar un rato. Nuestros caminos iban por lados ¡ muy distintos! Es muy importante, amigas, darse cuenta si con la persona con la que estás tiene planes en conjunto contigo o disfruta las mismas cosas. Porque si bien dicen que los opuestos se atraen, también es importante al menos una cosita en común.¿No lo creen?
Pero él siempre quedó en mi corazón, ¡el hippie relajado con el que anduve!, le guardo un gran cariño y le agradezco todo el apoyo que me dio. Fue una ¡muy linda historia!
Imagen CC Victor Bautista