Como ya hemos revisado en otras ocasiones, existen distintos tipos de hombre. Sin ir más lejos, podemos encontrar la más nutrida variedad de caracteres entre nuestros familiares y amigos. Pero sin duda, una de las clasificaciones más comunes es aquella que distingue entre los estructurados, serios y responsables versus los relajados, impulsivos y magnéticos. Encontrar a unos u otros y ser feliz en una eventual relación con ellos dependerá de tus propias características, pero conviene tener en cuenta - a la hora de escoger - los pros y contras que tiene cada uno.
El hombre estructurado es aquel que tiene claros sus objetivos y avanza en pro de ellos. Es resoluto, sabe qué hacer cuando hay problemas y no te quepa la menor duda que se jugará hasta el pellejo por resolverlos. Puedes contar con él de manera incondicional, es responsable y sincero. Como está enfocado en sus objetivos, es probable que en más de una ocasión te sientas desplazada por éstos, pero ¡don’t worry! No significa que no le importes. Tú estás considerada dentro del "todo", sólo que él separa sus metas y se concentra en una a la vez.
La ventaja de este tipo de hombre es que podrás verlo a los ojos y confiar en él. Si dice algo, comúnmente es porque lo siente. Por lo mismo, la honestidad resulta clave en su vida. No te creará ilusiones vanas; se presentará ante ti tal cual es. Lo tomas o lo dejas; así de simple.
Si se compromete es fiel y sin importar cuánto demore, siempre cumplirá lo que se propuso. Así, se constituye como un excelente compañero de vida. Es fácil enamorarse de él, porque tiene esa cosa medio de potro indomable, lo que le da un valor agregado a la conquista de su noble corazón: si está contigo es porque así lo decidió. Por lo tanto, no va a traicionarte. Además, es muy protector y su compañía es adictiva.
El hombre relajado, en tanto, es magnético y espontáneo. A diferencia del espécimen estructurado, puede sorprenderte con detalles que en verdad son ¡para derretirse!. Generalmente es sensible: se da el tiempo de observarte y “leerte” por dentro, dando en el clavo en aquello que te gusta. Por lo mismo, siempre sentirás tener mucho en común con él y compartir los mismos intereses.
Posee un amplio bagaje cultural, ya que le gusta el conocimiento y - además - estudia a “su presa” antes de abordarla, lo que le otorga un interesante background que aprovechará en el futuro. Las chicas lo definen como un ser “mágico”, justamente porque está lleno de poesía: es capaz de ver las estrellas contigo y hablar en tu propio idioma romántico. Es en verdad atrayente y además, su sensualidad incrementa el magnetismo. No es apegado a las formas y asume riesgos, sin importar los resultados. Total - piensa - siempre se puede volver atrás y enmendar el rumbo.
La ventaja que tiene es que con él jamás te aburrirás, a no ser - claro -, que pretendas sentar cabeza. Esto, ya que sus vaivenes terminarán por marearte, dejándote ¡devastada!. Mientras tanto, es sensible, buen compañero y puede tener ocurrencias tan extremas como hacer un picnic a medianoche en la plaza del condominio y a la luz de las velas. Su capacidad de hacer “especial” lo cotidiano es envidiable y allí radica su "magia". Te mantendrá en permanente estado de euforia.
La desventaja es que ¡es tan relajado! que al primer problema que se presente, pueden pasar tres cosas: 1. simplemente volteará y seguirá su camino - 2. se quedará impávido esperando que el Universo lo resuelva - 3. Lo dejará todo en tus manos. Además, su falta de rigor puede llegar a exasperarte si lo escoges como tu compañero de vida. Lo podemos definir como el eterno “niño”.
Personalmente, me fascinan los del primer tipo. Pero sobre gustos, nada está dicho. Por eso les pregunto, ¿ustedes a cuál prefieren?
Imagen CC Chris JL