Amo la música ochentera mala, la encuentro lo máximo. Sobre todo los soundtracks de esas películas como Footlose, Dirty Dancing o Flashdance ¡Clásicos! Y mejor todavía si bailan y hacen coreografías como de sorpresa, donde suena la canción y justo todos se sabían los mismos pasos.
Díganme si no hay canciones más chistosas que esas, tienen unos videos increíbles, con harto viento, miradas a la cámara y espejos (como para tratar de crear más efectos).Las románticas son exageradamente intensas y dramáticas, las minas casi que se desgarraban cantándolas. Como Bonny Tyler en “Total Eclipse of the Heart”, que le puso humo, truenos y hasta un grupo de machos que se mueven al ritmo de afeminadas piruetas. ¡Geniales!
Para qué hablar de Madonna, que en “Like a Prayer” sale bailando rodeada de cruces de fuego. Un cura negro al que más encima “le tiene ganas”, porque le da un beso. Claro, después lo arreglan y hacen como que ella estaba soñando y era sólo una estatua, pero le da un beso igual. ¡Maestra!
Mención aparte y honrosa merece Minnie Riperton con su dulce “Loving you”. Con una escenografía pobre, un guitarrista sentado en el suelo y su afro adornado con florcitas; se las arregla y canta como si no le costara nada, llegando a un agudo de aquellos, que de verdad pensé que era humanamente imposible. ¡Seca! ¿Existirá otra persona que sea capaz de llegar a ese tono?
No puedo dejar de nombrar a Kylie Minogue enfundada en unas mallitas apretadas, con permanente y haciendo pasitos tímidos en “The Locomotion”. A Belinda Carslile con los niñitos bailando con un planeta fosforescente en la mano en “Heaven is a Place on Earth” y tantos otros que se quedan en el tintero. ¿Cuáles son tus placeres culpables ochenteros?