Siempre, desde chica, desde que me empecé a fijar en los niños, me gustaron los "cagados de la cabeza", esos con problemas. Cuando leí El Túnel, obviamente me enamoré de Juan Pablo Castell, su protagonista, un artista depresivo, genial y con problemas para relacionarse con las personas. Él es de esos tipos enigmáticos, que te mueres por saber qué pasa por su cabeza cuando te miran, onda James Dean.
En general, mi debilidad son los artistas. Esos que parecen malos, que tienen toda la cara de que te van a hacer sufrir (y no soy una mazoquista, no señor, sólo soy mujer). Me intriga su mente, su sensibilidad extrema, sus debilidades, su timidez, su indiferencia con lo que los rodea y ese mundo interior complejo en el que todas las de mi "clase" soñamos entrar y "cambiar".
Y es que los hombres con talento me matan, no tiene para que ser el manso mino, sólo tiene que tener la suficiente onda como para que me den ganas de mirarlo un buen rato, e inteligente como para tener una conversación eterna (no pido mucho ¿o sí? jaja). Cómo el vocalista de Perrosky, Alvaro Gómez, es cero mino, pero si lo veo dándolo todo en el escenario tocando su pandero y bailando con esos saltitos estilosos, muero.
Ahora, hay otro que es mino por donde lo miren y la que me lo niegue, que me lo diga en la cara y mirándome a los ojos. Samuel Maquieira, el vocalista de The Ganjas. Qué onda sus ojos y qué onda sus brazos, con los músculos precisos para lucirse sacándole melodías a su bajo. Ese pelo desordenado sobre la cara, que tapa una de las sonrisas más exquisitas que he visto en la vida… En fin.
Porqué a las minas, generalmente nos gustan los impredecibles, ojalá con un look sexy-rockero, falsamente descuidado y que te produce esa sensación de "sabes que no debes, pero no te resistes". Será porque sabemos que esconden algo y que detrás de esa imagen ruda y del encanto irresistible de ese tatuaje, hay un corazón tierno que cuando se enamora lo hace de la forma más intensa. ¿O será que soy una maldita romántica y he visto mucha tele? No me respondan.