Nunca he sido una fanática de esta fecha. Es más, la celebración, en vez de emocionarme, me agobia. Quizás por las malas experiencias del pasado: creo que no he tenido un día de San Valentín que recuerde con cariño.
El año pasado no lo pude celebrar con mi novio porque yo tuve que viajar por asuntos de trabajo, así que fue un día como cualquier otro. Pero este año decidí cambiar la historia y le compraré algo entretenido. Quiero que sea una jornada dedicada al romanticismo.
Él me dice que tiene guardada una sorpresa, e inmediatamente a mi cabeza llega la imagen de una huida a la playa, una hermosa cabaña, o una cena ultra romántica preparada con sus propias manos. Igual yo quiero hacer algo por él.
Lo más simple y divertido que tengo en mente es comprarle un regalo en la tienda doziz, la que ha creado regalos especialmente pensados para el día del amor. La oferta va desde tazones temáticos de corazones unidos con una cadena, hasta cojines con dibujos de un ángel enamorado o poleras en las que tú puedes crear un diseño muy especial.
Usando un poco de imaginación, se me ocurrió tener una sorpresa para ese momento esperado de la noche: un gel comestible con sabor a chocolate para hacer masajes, o algún tipo de juego para dos que convertirá este día de San Valentín en el mejor de todos.
¿Alguna recomendación para ese día tan esperado?