Si hay algo que no soporto ver, es una mujer con exceso de rubor o con un tono de blush mal elegido. Pobrecitas, ni siquiera sabemos si están sonrojadas de vergüenza o por el colorete. Así que chicas, por favor, no es llegar, polvorearse y salir a hacer el ridículo. ¡No! Hay que elegir un color según el tono de piel, una técnica para aplicarlo a partir de la forma del rostro y una cantidad que te favorezca y que no de la impresión de que te maquilló tu hermana chica.
Lo primero es tener cuidado con la iluminación. Si lo haces en el auto apurada o con demasiada luz artificial no darás con la cantidad adecuada.
Luego, para eliminar el excedente de polvo en la brocha, golpéala un poco contra la mano antes de aplicar el rubor.
Si tienes el rostro ancho, redondo u ovalado tienes que usar tonos oscuros y tostados porque estilizan, pero no abuses de ellos porque pueden dar la impresión de que tienes las facciones hundidas.
Aplícalo con pequeños movimientos circulares dibujando una línea diagonal bajo el pómulo. Luego difumina un poco y prolóngala hacia la barbilla.
Si la forma de tu cara es muy alargada o cuadrada, aplica el rubor en el hueso de las mejillas y difumínalo horizontalmente hacia la línea del cabello. Usar un poco del mismo rubor en la barbilla y la frente para darle vida a tus facciones.
Los tonos rosas van muy bien con las pieles pálidas, se ve muy chic un poco en el pómulo. Por otro lado, los satinados son para cualquier piel lisa y los mates son los más adecuados si tienes pecas, marcas o arrugas.
Lancome pensó en nosotras y tiene un producto espectacular: Star Bronzer. Es una brocha mágica que incluye un polvo bronceante para cualquier tipo de piel. Lo puedes ocupar de día o de noche, sólo tienes que jugar con la forma de aplicarlo y las cantidades. y también tiene un lindo y delicado Blush, libre de aceite, ideal para sonrojar los pómulos.