En el comercio han aparecido bolsas plásticas “Biodegradables”, asegurando que con estos productos contribuimos al medio ambiente, siendo más ecológicos y respetuosos con nuestro entorno. Incluso, éstas son decoradas con hojas verdes, convenciéndonos a punta de cromos que somos parte del equipo del capitán planeta. Sin embargo, esto sigue siendo lejano y hasta engañoso.
El problema de las bolsas plásticas es un asunto tan serio que ha llevado a varios gobiernos alrededor del mundo a poner atención en el manejo de desperdicios y a modificar comportamientos sociales de consumo, pues cada una demora entre cien y mil años en degradarse, dependiendo de las condiciones en las que estén almacenadas.
El nuevo producto, al que equivocadamente rotulan como “biodegradable”, sólo permanece de forma visible alrededor de 2 a 5 años eliminando el residuo de nuestra vista, pero lamentablemente, se produce otro fenómeno que es tan contaminante como el tener la bolsa tradicional pululando.
Entonces, ¿Qué es ese producto que nos entregan algunas tiendas y supermercados?
Podría decirse que son bolsas fácilmente “degradables”, las que incorporan un aditivo llamado TDPA (Aditivos Plásticos Totalmente Degradables), que permite que esta bolsa desaparezca bajo condiciones medioambientales agresivas, que generalmente son especificadas en un costado de la misma.
Si ponemos atención, podremos darnos cuenta que la finalidad ecológica de este producto se pierde.
- Primeramente está hecha de un compuesto de petróleo, lo que no contribuye al reemplazo de este bien no renovable.
- Al tener este aditivo (polímero plástico), al momento de degradarse enviamos al planeta nuevamente tóxicos peligrosos al medio ambiente, tanto a los suelos como al agua, siguiendo con la cadena de envenenamiento planetario que queremos evitar.
- Para que se produzca la degradación óptima del producto, es requerido un proceso físico que nuestros rellenos sanitarios y responsables de la trata de desperdicios no pueden ofrecer en la actualidad.
- Al ser requerido un proceso físico, no es BIO-degradable, no lo degrada la vida, sino que es destruido por factores mecánicos y químicos, no configurándolo adecuadamente en esta categoría y generando un error conceptual que puede ser denominado como publicidad engañosa.
- No generamos conciencia ni modificación en el uso de artículo, retrasando el aprendizaje conductual de la humanidad frente a factores como consumo y relación medio ambiental.
¿Existen las bolsas verdaderamente biodegradables?
Si, existen, pero son más caras que las habituales y deben cumplir los siguientes requisitos:
- Que sea fabricado de bioplástico, un material que se extrae de materias primas naturales como: almidón, cereales, patatas, melaza, aceite de soya, caucho vegetal, etc.
- Que su proceso de descomposición y degradación sea realizado por micro–organismos como: algas, hongos, bacterias y protozoos, entre otros.
- Además, las bolsas verdaderamente biodegradables casi no producen contaminación en su proceso de producción.
Sin embargo, lo realmente ecológico es evitar utilizar más de lo que necesitamos, obligando a las empresas a producir menos. Usar bolsas reutilizables y fomentar iniciativas ecológicas, de manera de contribuir efectivamente a la salud del planeta, y con ella, de nuestra propia vida.