Una encuesta realizada por la revista inglesa More revela que de un universo de 2.000 mujeres, la gran mayoría sentencia que los 26 años son una buena edad para casarse y que los 27 son ideales para tener hijos. Aunque muchas sí pueden a llegar a pensar así, yo a los 26 años no tengo ni un plan de casarme y menos de tener hijos. La encuesta de More muestra que al menos varias de estas 2.000 mujeres inglesas, según sus propias palabras, "no quieren terminar viendo la vida a través de una copa de vino como Bridget Jones" y que al parecer, 27 años ya les parece suficiente tiempo de soltería y libertad.
Lo impactante para mi al menos, son dos cosas; a los 26 años no tengo ninguna intención de adquirir la responsabilidad de un compromiso tan importante y eterno como parece que es el matrimonio y más fuerte aún, no creo que el opuesto a estar casada sea ser gorda, alcohólica, sola y patética. Al parecer los estereotipos sobre las solteras están tan arrigados en la cultura pop - o eres soltera tipo Bridget o soltera tipo Carrie Bradshaw- que las que todavía no tenemos ganas de casarnos sólo estamos reducidas a estas dos paupérrimas opciones.
Sólo tengo un par de amigas casadas y en un mundo de solteras, ellas son los bichos raros que decidieron casarse incluso antes de los 25. Nadie las obligó, situación muy distinta a la que vivimos todas las que estamos más cercanas a los 30 que a los 20 años, donde al parecer desde tu tía vieja a las revistas femeninas sólo tienen un mensaje para ti: cásate. Por mucho que Carrie haya vivido años de desenfreno en Nueva York y se convirtiera en el ícono de la soltera mina y ganadora, igual su único sueño y por el que más sufrió fue el de una enorme boda.
Sólo una nota para el mundo; las mujeres que no tenemos pololo o no estamos ad portas a casarnos no pasamos nuestros días ni llorando borrachas ni saliendo con todos los hombres de nuestra ciudad. Lo más probable es que tengamos una vida normal donde si bien es cierto, muchas veces se echa de menos tener un novio, la gran parte del tiempo la pasamos haciendo cosas que se olvidan con los compromisos propios de las relaciones o simplemente disfrutando el tiempo libre. Los estereotipos están hechos de exageraciones demasiado obvias que la gran mayoría de las veces se alejan demasiado de la realidad.