Ayer por Twitter me enteré que Steve Carell, aka Michael Scott, el mejor jefe del mundo, deja The Office para siempre. Aunque dice que es para pasar más tiempo con su familia y que no cree que los fans de la serie lo echen demasiado de menos, debido a la cantidad de personajes que hay, encuentro que sin él, la serie va a decaer mucho.
Michael Scott es el alma de Dunder Mifflin y aunque otro personaje -Jim, se me ocurre- ocupe su puesto de jefe, nadie va a organizar ridículas premiaciones, bingos y fiestas hawaianas, nadie se va a mandar tantos comentarios desubicados en un sólo capítulo, nadie va comprometerse tanto con una pega tan fome como hacer papel. Ojalá que no terminen cancelando The Office después de la partida de Carell, pero ciertamente va a perder demasiado después de siete temporadas con él al mando. ¿No crees?