Más allá de la locura desatada por el estreno de la nueva temporada de "Mad Men", Christina Hendricks -la determinada e impredecible Joan Holloway- brilla con méritos (o más bien, curvas) propios, y ha sido señalada como el nuevo cuerpo a seguir para las mujeres del mundo. La controvertida sugerencia la hizo nada menos que la Ministra británica de la Igualdad, Lynne Featherstone, criticando la posición de los medios de comunicación al "mostrar chicas con cuerpo de reloj de arena y, muchas veces, usar Photoshop para alterar sus figuras".
Siempre he pensado que la tendencia a mostrar en exceso los cuerpos delgadísimos de las súper modelos de hoy es lo peor, pero no creo que el camino para remediarlo sea promover que las mujeres cultiven un cuerpo talla 44, se tiñan el pelo rojo y tengan pechos enormes. Si bien me gusta que se muestren más curvas y menos hueso, creo que tratar de imitar a la Hendricks sería absurdo. Las palabras de los partidarios de esta tendencia, además, refuerzan la idea que pone el físico como modelo a seguir por sobre los atributos intelectuales, lo que no tiene mucho sentido en estos días. Lo único que las mujeres podrían rescatar de la actriz de "Mad Men" es su determinación, espíritu trabajador y carácter arrollador. No su delantera descomunal. Lo último que se necesita es pasar de aspirar a un cuerpo imposible, a otro todavía más difícil de alcanzar.