-“Saaale, mentiiiira, si igual atinaron”.
-“¡Aaah!, y dale… si de verdad que nunca, nunca hemos agarrado. Además, te diría po. Si somos amigos, ¿o no? Ya te hubiera contado si hubiéramos tenido algo”.
Cada cierto tiempo, mi amigo Francisco me pone a prueba, como tratando de que le confiese que las veces que Paula me ha invitado a su casa en el verano a piscinear hemos atinado, y con tuti.
La verdad es que las ganas no me han faltado, porque mi amiga Paula es muy atractiva. Pero nunca ha pasado algo.
Durante un tiempo, hace unos dos años, como que hubo una atracción mutua, pero al final fui yo el que no dio el paso.
Al final, hasta hoy seguimos siendo muy buenos amigos, ella me cuenta sus historias con los tipos que conoce, y yo le hablo de mi vida amorosa. Nos aconsejamos y tratamos de darnos una opinión objetiva, la que al provenir del sexo contrario, está libre de envidias y es muy constructiva.
Eso es lo choro de la amistad entre hombres y mujeres. Que si ésta es genuina y no existen otros sentimientos de por medio, los consejos son muy sabios, porque esa persona te dice las cosas tal cual, te gusten o no, y con el ingrediente extra del punto de vista del sexo opuesto, que te aporta una visión distinta de la situación.
En mi vida siempre he tenido la fortuna de poder cultivar amistades con mujeres. Quizás por ello siempre he anhelado tener una hermana mayor. Pero soy hijo único. A mi juicio, las mujeres nunca van a tenerte envidia ni van a querer cagarte. Y a pesar de que hay cosas que sólo puedes compartir con amigos, creo que la amistad entre mujeres y hombres existe, y si se sabe llevar por buen camino, evitando confundir sentimientos, es muy sana y enriquecedora. ¿Qué crees tú?