Después de todo el hype que se armó por Inception en Twitter, la última película de Christopher Nolan (Memento, Dark Knight), no me quedó otra que ir a verla. No soy muy fan de la ciencia ficción, pero todo el cuento de los sueños dentro de los sueños y la misteriosa técnica de la "incepción" que plantea la película, me parecieron más que suficientes para partir al cine. Si alguien me pregunta de qué se trata la película, no sé si lo podría decir con exactitud. Pero a grandes rasgos se trata de un hombre que de alguna forma planta una idea en tu mente a través del sueño; Inception más bien parece una película de amor donde el único cometido de Cobb (Leonardo Di Caprio) es crear un mundo perfecto para la mujer que ama y la imposibilidad de poder olvidar una idea o evitar un recuerdo que se mete en tu cabeza sin permiso.
Obviamente no les voy a contar la película, pero puedo decir que es mucho más de lo que esperaba. Leonardo Di Caprio no es de mis actores favoritos, pero acá se luce como Cobb, un personaje mil veces más complejo que cualquiera que haya hecho. Ellen Page, Gordon Levitt y los otros, son personajes que parecen estar hechos en servicio a Cobb: es su meta la que persiguen, es su sueño el que quieren cumplir. La tarea titánica de implantar una idea en la mente de otra persona tiene todo un arte, que el equipo de Cobb maneja a la perfección; y aunque parezca confusa muchas veces, no hay cabos sueltos en una historia que hay que ver con toda la atención del mundo y ojalá más de una vez. Yo voy por la segunda vez este fin de semana.