Talento Chileno es de esos programas que da vergüenza ajena ver. Un repositorio de todo lo más freak de este país. Viejitos bailando reggeaton, gorditas con trajes de odalisca, ventrílocuos, transformistas, humoristas con rutinas ochenteras y un sin fin de no-talentosos buscando una oportunidad.
En resumen, fome. Más que entretener da cosa, partiendo por el jurado increíblemente sobreactuado. Vodanovic, que se supone hace el papel de mala onda, es muy suave; la Fran García Huidobro, que es la mina que tiene que emocionarse, hiperventilada, pone caras y llora; y Rodrigo Díaz que es el “ni mucho ni poco”, latero y repite todo lo que dicen sus compañeros.
Mas encima, todo es muy predecible. No llevan ni dos programas y ya encontraron a la Susan Boyle chilena, Esther, una gordita de cachetes rosados, dueña de casa, que seguramente ganará, pero enfrentémoslo, nunca llegará a ser tan famosa como la original.