Me da un poco de rabia ver Nigella en Fox Life. Es que soy super envidiosa a veces. Me encantaría que mi refrigerador estuviera lleno de cosas ricas -me fascina cuando dice algo así como "voy a hacer algo fácil con cosas que todos tenemos en el refri" y saca un kilo de caviar, por decir algo- y cocinar algo maravilloso en minutos y después comerlo viendo tele, o como ella, dándome un baño de tina.
Pero es envidia de la sana. Me encanta comer, pero soy más o menos para cocinar. Aunque me gusta, no siempre sé achuntarle a las cantidades, se me pegan las cosas, los queques me quedan crudos, etc. Sé sólo lo básico, como hacer arroz. Como me gusta experimentar, varias veces he terminado comiendo cosas más o menos malas, malas, repulsivas e incluso botando algunas a la basura y desperdiciando huevos, verduras o lo que sea. Me encantaría ser de esas cocineras aplicadas que siempre lo hacen todo según la receta y no improvisan nada. Dejan la cocina limpia porque usan lo necesario y no 4 ollas, 6 cuchillos y 3 cucharones para hacer un simple almuerzo para uno.
Tengo las ganas de aprender y me gusta, así que decidí ser matea y metódica por una vez en la vida. Para el cumpleaños de mi mamá me aventuré cocinando para 4 personas, que de repente se transformaron en 8 gracias a unas visitas patudas que llegaron sin avisar. La receta era a prueba de tontos y más encima estuve todo el rato con el compu al lado para verificar. Hice tres tipos de quiches y varias cosas para picar, pero producidas. Desde la noche anterior estuve picando verduritas mínimas, haciendo masa, salteando champiñones, batiendo huevos y creo que el resultado no estuvo tan mal. En lo único que fallé fue en la limpieza final. El piso estaba asqueroso y el horno lleno de masa seca. Un horror que por suerte me ayudaron a limpiar. No puedo decir que ahora sé cocinar, pero por lo menos me sentí realizada en mi proyecto bicentenario.