Creo que son casi una especie en extinción, pero todavía los hay, sobre todo en las empresas grandes. Los jefes gruñones y malhumorados suelen ser un problema, sobre todo si es tu jefe directo y te toca lidiar con él todos los días.
Creo que muchas de mis colegas periodistas me van a entender, sobre todo aquellas que han trabajado en medios de comunicación. ¿Recuerdan al jefe de Spiderman? Bueno, hace unos años tuve que soportar a uno de ellos.
Que gritan, andan súper estresados, no saben tratar bien a su equipo de trabajo, tiene mañas, tics, y lo peor de todo, son los amos y señores del lugar de trabajo, unos verdaderos dioses que no se dan cuenta que hoy las empresas están apostando por integrar a los trabajadores como colaboradores de un proyecto.
¿Qué hacer? Según un artículo del Clarín.com debes: 1. Evitar los choques Es tentador gritar una grosería, ironía, pero no lo hagas! Lo peor es usar un enfrentamiento verbal, sobre todo cuando el ambiente está un tanto caliente. Según el artículo, los reclamos y los enfrentamientos verbales son un grave error: no mejoran la situación y pueden ser mal vistos por jefes de otras áreas. ¿Qué hacer? Sé paciente, no des importancia a sus comentarios desagradables. Procura hacer bien tu trabajo y en cierta medida justificar lo que ha pasado, cuando sea necesario. Tampoco te muestres con poco carácter, o pasarás a ser una atractiva víctima en la cual descargarse. 2. Apuesta por el diálogo Si la situación es la adecuada, pregunta a la persona porqué está malhumorada. Tal vez, está así por cuestiones personales. Tómalo con cautela. Pide que baje el tono de voz y que resuelvan de la mejor manera posible el problema. Escucha y pon atención en sus inquietudes y lo que tal vez quiere que cambies. Avanza en ello siempre que vuelva a suceder y gana su confianza. Demuéstrale que posees los conocimientos en tu área y puede confiar en ti siempre.
Y tú ¿Has lidiado con un jefe gruñón?