A veces, cuando estamos pololeando, las mujeres practicamos un deporte bastante apestoso; pelar a nuestros novios. Tengo amigas que pueden pasar tardes enteras hablando pestes de los hombres, sobre todo si tienen una relación con él. Todo en tono de talla/queja; es flojo, no me dice que me quiere, es amarrete, no tiene ambiciones, es mal genio, etc.
Una habla, la otra escucha. Después viene el turno de la otra, que está de acuerdo siempre y aporta datos y hechos que comprueban los malos hábitos del susodicho. Pero a ninguna se le ocurre preguntarse por qué, si el tipo tiene tantos defectos visibles y molestos, siguen con él. Entiendo que puede ser una forma de desahogarse de las peleas típicas de una relación, pero a veces llega a ser molesto escuchar tanta queja. Hice una investigación con mis amigos hombres y todos me explicaron que quejarse era una condición muy femenina y que había que ser muy mala onda para andar hablando mal de la polola con amigos. Me gusta esa actitud y la voy a adoptar. Si ya es feo pelar, más feo es pelar a alguien que quieres.