Hacer la práctica profesional puede ser una de las experiencias más duras que puede vivir una persona a lo largo de su vida. El cambio de Universidad a vida laboral ya es terrible, y más aún, si decides hacerla en verano.
De partida, lo peor de todo es que eres considerada “pollo”. Y para qué estamos con cosas, si en realidad es cierto. Al menos, se nota por la ropa que usas, porque obvio que no te sientes cómoda si andas con tacos y ropa “semi formal”. Demasiado arreglada, un poco estereotipada con ropa casi de ejecutiva de ventas. En fin, creo que se nota cuando una persona entra por primera vez al mundo laboral. Segundo, no entiendes y no sabes nada. Cuando llegas al lugar de trabajo eres llamada la “nueva”, y todos te ven como una carga a la que hay que enseñarle todo; y por supuesto de subestiman.
Tercero: te usan de parche. Me pasó. Práctica periodística en un medio escrito conocido, donde tienen profesionales que llevan años de experiencia. ¿Saben cuál fue mi primera gran labor? Descassetear, así es, descassetear un entrevista que había realizado el editor de la sección. Saben qué me dijo...”esto es igual a Karate kwordpress_id: Limpiar y pulir, limpiar y pulir”.
Por último, el sólo hecho de hacer la práctica en verano ya es deprimente. Toda tu familia y amigos de vacaciones y tú, trabajando eternamente, en mi caso, con turno hasta los fines de semana. Mi gran salida, fue una escapada flash a la Serena por tres días. Triste no?
Y tú ¿has hecho la práctica en verano? ¿Qué tal la experiencia?