No es que tenga muchos secretos ni cosas vergonzosas que ocultar (algunas, como todos) pero siempre me ha dado un poco de miedo que alguien pueda meterse a mi mail o ver los cajones de mi pieza. Tengo un par de amigas que todo el tiempo se meten al mail de sus pololos para ver en qué andan, lo que parece horroroso y es pasar un límite en todo sentido. Aunque no niego que algunas veces me han dado ganas, nunca he llegado a hacerlo. No tanto por lo que podría llegar a encontrar, sino porque si me llegaran a pillar, me sentiría la más loser de las losers.
Aunque una de mis amigas efectivamente encontró varios mails como prueba que le estaban poniendo el gorro, la otra sigue sin encontrar nada. Cada vez que se mete - lo ha hecho por años-, entra con la misión de encontrarle una pifea a su novio, alguna cosa que la haga pensar que el tipo tiene otra mina, que le miente, que tiene un hijo escondido o qué se yo. Para su desgracia, todo anda bien y su pololo sólo recibe y envía mails perfectamente inocentes. Digo para su desgracia, porque en realidad pareciera que quiere encontrar algo malo y todo el tiempo está tratando de sabotear su pololeo.
La privacidad del correo o de las cosas que cada uno tiene en su pieza no debería cuestionarse nunca. Encuentro terribles esas parejas que se dan las claves o que aguantan que les revisen el celular en busca de llamadas o mensajes sospechosos. Nunca lo haría porque me cargaría que me lo hicieran. No porque tenga algo que esconder, pero mantener esos espacios privados es lo mínimo.