Amo la navidad. Me pongo ansiosa con los regalos, me encantan las comidas familiares y que mi papá se entusiasme adornando el arbolito con una cantidad exagerada de luces. Pero no me gustan las tradiciones navideñas, menos las que ni siquiera nos pertenecen. Entre ellas los villancicos. Sí, puede sonar un poco Ebenezer Scrooge, pero me cargan los villancicos -en general las canciones navideñas- y me cae un poco mal la gente que los canta.
En esta fecha a todos les da por sacar “el cd navideño”, desde Frank Sinatra hasta Kanye West, todos han pasado por eso. Claramente tiene que ver con el marketing y todo eso que uno no entiende, pero no los compraría nica.
Hace un tiempo, a mi papá le trajeron de regalo de Las Vegas un disco de Elvis. Da lo mismo de donde haya sido, el punto es que como era comprado allá, él le añadió automáticamente un valor especial, que obviamente no tenía, y tuvimos que escucharlo una y otra vez. Lo peor es que hace un par de días, lo vi encima del equipo de música, así que probablemente este año el Rey del Rock nos diga nuevamente "It's Christmas Time".