Por: Paz Saffie
Todas venimos con una historia a cuestas. Pololos más, pololos menos, siempre decimos que son parte del pasado, que estamos mejor que nunca, en pie para una nueva aventura, sea verdad o no. Nuestros ex no son tema. Sin embargo, el fantasma de sus ex siempre está ahí…rondando.
No importa si pololearon 6 años, 4 meses o si sólo pincharon…siempre aparecen. El problema es que uno las llama. Desde chicas nos debieron enseñar, así como los 10 mandamientos, ¡nunca preguntar por las ex-pololas!, preferible obviarlas que convertirlas en karma. Si lo hiciste una vez, siempre querrás saber más. Tu nueva conquista tratará de bajarle el perfil: “No hablo con ella desde que terminamos”. Y una, ingenua, intentará creerle.
Pero eso no es lo peor: sus amigos dirán que siempre salía con ellos; su abuela, que era muy dije; la mamá, confundirá tu nombre con el de ella; y sus hermanos aún la tendrán de amiga en Facebook. Nosotras seguiremos preguntando y él seguirá haciéndose el tonto.
¿Moraleja? Nunca pregunten por la ex, aunque la curiosidad las mate.