Por: Loreto Ramírez
Un orgasmo visual es cuando en un recinto se encuentra un exceso de hombres guapos. Eso fue lo que ocurrió esta semana. Fui inocentemente al concierto de Ozzy Osbourne y cuando llegué, quedé sorprendida de la cantidad de rockeros minos. En un post anterior les había contado sobre mi fascinación por los hombres de pelo largo, piel tatuada, aros y poleras con logos de bandas de rock. El lunes había 12 mil de esos. Bueno, tal vez un poco menos, ya que algunas eran mujeres, unos tantos niños y otros rockeritos feos. Pero en su mayoría eran guapos.
De muestra un botón. Frente a mí estaba Mauricio Jürgensen (guapo periodista del diario La Tercera que se va a casar con la regia Carola Urrejola de canal 13), a mi costado izquierdo, el estupendo y maravilloso Alfredito Lewin y a mi derecha el encachao y sobre todo simpático Rodrigo “Rucio” Ulloa de la radio Futuro. Todo lo que es un ramillete de hombres comunicadores amantes del buen rock.
Pero eso no es todo. Sobre el escenario había tres minos más. Por supuesto que Ozzy no, nunca tan mal enfocada. El baterista tenía los oblicuos marcados (ese musculito que tiene el Ken de Barbie y que se les marca a los hombres cuando están flacos o se preocupan de ejercitarlo, el que está en la cadera), tatuajes en el pecho y una espalda marcadita. Guapo. El bajista estaba todo tatuado y el pelo crespo ondulado. Ñami.
Pero el multiorgasmo visual lo tuve con el nuevo guitarrista Gus G, un griego que seguramente tiene sangre de dioses del Olimpo por lo mino. Pelo largo y negro, con unas ondas perfectas. Enfundado en unos pitillos negros y en una chaqueta del mismo tono, se robó - según yo- el show. Hizo un solo de guitarra súper largo y a cada rato le hacían unos primeros planos a sus manos. Supongo que ustedes saben qué significa tener las manos grandes, es decir con lo que se compara. Mi imaginación se echó a volar y pucha que voló. Además parece que debajo de él había un potente ventilador. Entonces su pelo se movía con mucho estilo. Era como estar viendo un video y claramente este griego era el protagonista. Su pelo flameaba así de simple. Un 7 para él.
Si les gusta el rock les puedo decir que una no debe pasar por esta vida sin ver a Ozzy. Cantó cerca de 5 temas de Black Sabbath e hizo de las suyas en el escenario. Mojó a la gente y dijo fuck unas mil veces. Un show bueno y que demuestra que se puede rockear aunque se tengan 100 años. Pero como este post no es sobre música, sino de minos, le saco pica, porque pucha que había harto hombre guapetón y sin pololas. Llegué a pensar en lo bueno que es estar 100% soltera con este catálogo de hombres. Ahora me queda esperar el concierto de Iron Maiden, ¡ojalá pueda ir!