A diario y en todo lugar hablamos sobre lo bellas y guapas que debemos ser las mujeres, pero alguna vez nos hemos preguntado ¿qué es la belleza? Para mí, podría ser “eso” que inspira al pintor, motiva al escultor, la razón del poeta.
Determinar qué es bello, es quizá uno de los más interesantes desafíos intelectuales. Una de las primeras discusiones al respecto, fue la de Jenofonte en el siglo V a.C, quien afirmó que existen 3 categorías diferentes para el concepto de belleza:
- La belleza ideal: basada en la composición de las partes.
- La belleza espiritual: el alma, que se expresa a través de la mirada.
- La belleza funcional: las cosas son bellas en tanto que son útiles.
Luego Platón, Pitágoras, David Hume también acariciaron el concepto, pero la discusión sigue hasta hoy. Desde mi punto de vista nos encontramos en una interminable búsqueda para alcanzar "la belleza" y estamos dispuestas a sufrir por ella, sin tener en consideración que ésta es personal y depende de cada una de nosotras.
La confianza en ti misma, la fortaleza de espíritu, la pasión, la gracia, la sensualidad juegan un papel preponderante. Para ser bella lo primero que tienes que hacer es sentirte bella, "como te ves, te sientes". Debes aceptarte, gustarte, quererte y consentirte. La belleza viene de adentro; una persona físicamente bella no tiene nada garantizado, pues el físico pasa a segundo plano en una verdadera relación.
En la medida en que tu belleza interna se fortalezca, la externa también lo hará, ya que no te preocuparás tanto por cómo te ves. Si te aceptas en tu simpleza, tu vida será mucho más fácil.
Aprende a sacar el mejor provecho de lo que posees. Puede ser que te disguste algo de tu físico, pero no sufras por ello, lo más importante es resaltar lo que te gusta y hacer menos notorio lo que te disgusta. La belleza es mucho más que verse guapa o gustarle a un hombre, se trata de gustarte a ti misma, de estar a gusto con lo que eres y no requerir de la aprobación externa.
¡Suerte con eso!