Foto vía h.koppdelaney
Siempre he creído que las amigas son una especie de hermana que aparece en nuestro camino para apoyarnos, escucharnos, querernos y respetarnos. Como muchas de ustedes, tengo mis BFF que adoro, sin embargo, una de ellas me traicionó y, por decirlo de alguna manera, me rompió el corazón.
No era mi amiga de toda la vida, pero sí era una persona a la que quise mucho, con la que viajé un par de veces, con la que viví cosas muy lindas y también pasé por grandes bajones. Hablábamos muy seguido, carreteábamos mucho, conocimos gente, pasamos penas de amor, nos regaloneábamos; es decir, éramos súper unidas. Hay que decir que era parte de un grupo de cuatro amigas.
Soy de esas personas que cuentan sus cosas sólo a algunos, a los que les tengo mucha pero mucha confianza y ella estaba dentro de ese círculo. Se preguntarán qué pudo haber pasado. Es sencillo, rompió esa confianza que sólo existe entre amigas y empezó a contar cosas muy personales a medio mundo.
Cuando me contaron pensé que era una broma y que ella no me podía haber hecho eso, o sea, ¡estamos hablando de mi amiga! Pero no, lo hizo por mucho tiempo, varias veces y sin tener el mínimo de respeto por mí.
Desde que pasó esto nunca más hemos hablado y no sé nada de su vida. Lo único que me queda es que las personas que queremos muchas veces son las que más daño nos hacen. Por lo menos aprendí a tener más cuidado al momento de confiar en alguien.