Cuando era chica y en la clase de gimnasia nos pedían inventar un esquema, era infinitamente feliz. Lo pasaba tan bien! Primero había que elegir las canciones que queríamos bailar, después mezclarlas (con cassettes, porque en esa época ni siquiera existían los CDs), de ahí inventar los pasos, ensayarlos una y mil veces hasta que nos salieran perfectos y finalmente presentarlo al curso. Incluso me daba un poco de pena cuando ya pasaba toda la etapa, porque iba a extrañarla.
Ya más grande, la Semana del Colegio era mi época favorita. Con mi mejor amiga nos ofrecíamos a bailar en todo. Nos juntábamos tardes enteras en su casa a inventar las coreografías. Muchas veces, veíamos los video clips de las canciones y tratábamos de imitarlas, cosa que a veces nos costaba, pero no lograba vencernos.
Ahora, una de las cosas que más extraño del colegio es hacer esquemas. Estoy pensando seriamente en meterme a clases de baile; aunque claro, no es lo mismo, no elijo yo la música ni los pasos, pero al menos alguien me enseña una coreografía.