La procrastinación es el mal menor que me seduce minuto tras minuto en mi horario de pega o cuando tengo alguna obligación en la libertad de mi casa. Es el hábito de postergar actividades que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más agradables.
Es así que cuando estoy escribiendo informes mientras escucho música, quiero leer la letra de la canción. Entonces minimizo el word, abro una pestaña nueva, busco la letra y me quedo pegada los próximos cinco minutos. Como la canción que viene es tan buena, me quedo pegada otros cinco minutos más. Como pueden ver esta actividad puede durar todo el día.
Vuelvo a navegar en internet para buscar temas interesantes sobre los que puedo escribir y me topo con un personaje del que quiero saber todo, y qué fuente más verídica para conocer la biografía de alguien que el bien ponderado Wikipedia. Leo la historia completa, quedo feliz pero quiero saber quiénes eran sus hermanos, esposas, a qué corriente cultural aportaron y nuevamente recaigo en la navegación placenteramente gozosa, dejando de lado lo que de verdad debo hacer.
La música me acompaña todo el día. Soy una melómana y es por esto que de vez en cuando (siempre) me dan ganas de ver videos en vivo en youtube de la banda de la que estoy enamorada en el momento. Cuando lo hago, me dejan alucinada, por lo que quiero ver otro y otro y otro. Nuevamente el tiempo se me va de las manos.
La nueva obsesión de plataformas internezcas es tumblr, alias, procrastinación por donde se le mire. Puedes pasar horas frente a tu computador viendo imágenes, gifts, videos, citas de todos tus intereses.
Ay procrastinación déjame en paz.