Placer incomparable, felicidad absoluta y estimulante total. El chocolate es la materia prima de mis días. No puedo pasar más de una semana sin comerlo. Siempre mantengo una guarnición en el refrigerador, porque no tener chocolate es como no haber cargado la bip! Es una necesidad básica.
Sé que todas las chicas aman el chocolate, sin excepción, y que es un gran sucedáneo de placeres de todo tipo. Aquí viene la tragedia universal: Anthony Ward quiere robarnos el chocolate. Se trata de un mega empresario europeo que, cual Willy Wonka, pretende coronarse como el Rey Chocolate, acaparar todo el del mundo y venderlo a un precio horroroso.
Al menos en Europa, sus planes son aumentar de 1 euro a 10 el valor promedio de una barrita. ¡Es mucho! Pero no se desesperen, el propósito de este excéntrico millonario es a largo plazo, por lo que el dulce del amor no subirá de una sola vez. Se trata de un plan maquiavélico, pero a futuro.
Por ahora, podemos disfrutar de este elixir del cacao a precios razonables y en consumos descabellados, pero ojo porque todo podría cambiar. No sé ustedes, pero a mí no me parece nada que alguien quiera robarnos el chocolate. Si suben el precio, armo el escándalo del siglo. ¿Quién me apoya?