Siempre estamos hablando de los chicos malos. De esos que al principio se comportan bien decente. Te invitan a salir, te hablan lindo y después de realizar todas sus movidas “archi aprendidas”, porque las han practicado una y otra vez, terminan haciendo que nos enganchemos.
Lo malo viene después, cuando de un día para otro, desaparecen, no llaman más y si es que lo hacen es cuando están ebrios a las 5 de la mañana y no les resultó con la mina de turno. Saben que te tienen en la palma de su mano y aunque lo hayas maldecido un millón de veces y jurado a Dios y a todos los Santos que nunca más en la vida vas a volver a pescarlo, basta con que aparezca de nuevo y se te olvide todo. Claro que al día siguiente las maldiciones vuelven… obviamente!
Mi punto es… así como hay hombres que tienen actitudes más femeninas como querer encontrar a la mina de sus sueños, casarse y formar una familia; me imagino que igualmente existen mujeres malas, que los usan hasta que se aburren y luego los desechan.
¿Has sido alguna vez tú la chica mala? Qué ganas me dan!