Ayer me encontré este mensaje en el status de una amiga en facebook: “A los que visitan mi casa y se quejan de mi mascota: 1) Él vive aquí, usted no. 2) Si no quiere pelos en su ropa, no me visite. 3) Me gusta mucho más que la mayoría de las personas y es más fiel que el ser humano. 4) Para usted, son animales, para mí es un hijo peludo, camina en cuatro patas, se comunica claramente y también siente como las personas! Cópialo y pégalo si amas a tus hijos”
Y pensé, efectivamente mi perro es más importante para mí que la mayoría de personas que conozco. Hoy, queridas seguidoras de Fucsia, quiero presentarles a mi perro: Jack Sperrow, un pirata con más calle que muchas. Así, continuando con el espíritu animalista de estas últimas semanas, llegó el día de regalonear a nuestras mascotas.
Han sido varias las ocasiones en que mi pareja me ha visto mirar fijamente a mi perro con ojos de enamorada y me ha dicho: ah claro, ¿lo quieres más que a mí? Respuesta difícil de contestar, porque si de algo estoy segura en la vida, y son pocas las cosas que tengo seguras, es que mi perro estará conmigo hasta el final de sus días, o de los míos, la fidelidad de mi perro es eterna, la de un ser humano, no.
Cuando llego a mi casa en lo primero que pienso es en Jack, y él debe notarlo, porque diariamente me espera al ladito de la puerta y ladra de felicidad desde que estoy subiendo las escaleras a mi departamento. Cuando me ve, da una vuelta en el aire y empieza a mover su colita. Por otra parte, en estos días de frío hemos optado por darnos calor humano- perruno, así, las tardes han sido más calurosas. Mi perro es como mi hijo, lo veo, lo siento y lo amo como tal y ¿ustedes? ¿Qué sienten por sus mascotas?