Foto vía Thokrates
¿Se acuerdan que les conté que extravié muy estúpidamente mi entrada para Radiohead? De esa historia, nuestras amigas lectoras hicieron variados comentarios, en los que nos relataron experiencias parecidas. Hay unas increíbles y queremos compartirlas con ustedes. Fucsia les da tribuna, chicas.
Fran: “A mí, me pasó muy parecido. Estaba feliz en la fila para U2, como no tenía bolsillos, me metí la entrada en el pantalón. Para no perderla, la chequeaba a cada rato. Pero a medida que nos acercábamos para entrar, me relajé y nunca más las revisé. Cuando me tocaba pasar, ¡no tenía mi entrada! La había comprado el primer día, le había regalado una a mi pololo y además venía de Concepción a Santiago. Estaba a punto de morir de desesperación, cuando una chica me dice ¿se te perdió esto? No sé cómo no me casé con ella ahí mismo”.
Paulina Santana: “Somos fans de Aerosmith y en 2007 estuvieron en Buenos Aires. A duras penas, juntamos la plata y partimos. Éramos como cien chilenos. La noche anterior al concierto, todos los chilenos nos fuimos a carretear. Al otro día, encañados, un amigo se dio cuenta de que se le había quedado la entrada en Chile. ¡Se puso histérico! Menos mal un amigo argentino, con mucha suerte, le consiguió otra entrada. ¡Ojo, para que a nadie le pase!”.
Clau: “A mí casi me pasa. Con mi pololo fuimos a ver a Def en el Galpón Víctor Jara, un grupo español que rara vez vienen a Chile. Nos sentamos en la Plaza Brasil a esperar que abrieran, yo tenía las entradas en la mano. Después de un rato, nos movimos de lugar y me acordé de las entradas. ¡Las empecé a buscar y no las tenía! Me angustié mucho por mi pololo que es fanático. Volví a la banca donde habíamos estado y tampoco estaban. ¡Horror! Le pregunté a unos tipos que estaban ahí. Me miraron, se rieron y me las devolvieron. ¡Ésa no se cuenta dos veces!"