Foto: archivo de la autora
Llevan como tres meses movilizados y todos los días hay noticias al respecto. El movimiento estudiantil sigue en pie, con marchas, huelgas de hambre, desmanes y una misma consigna: fin al lucro en la educación. Tengo una opinión muy formada y digerida al respecto. Acá les doy las 5 razones de por qué apoyo a los estudiantes.
1.- Soy una endeudada: no tengo tarjetas de crédito, nunca he pedido un préstamo bancario. Le tengo miedo-respeto a las deudas. Sin embargo, se me ocurre estudiar en la universidad y la única forma de financiarme la carrera fue con crédito. Estudié 5 años, pagaré durante 15. ¿Cuánto debo? Los mismos millones que vale un buen auto nuevo. Y eso que estudié en una U. pública.
2.- Que a nadie más le pase:cuando pienso en lo que debo, me estreso, me angustio. Me parece un chiste de mal gusto la idea de que el que no puede pagar, tiene que pedir prestado y después pagar durante muchos años. No quiero que a nadie más le suceda. Por los que van a estudiar algún día, no quiero que la educación pública sea pagada y mucho menos que las privadas lucren con nuestros sueños.
3.- ¿No vivimos en democracia?: una vez leí una gran frase "la democracia es la dictadura de las mayorías", o sea, si la mayoría quiere algo, que así sea. El 80% del país apoya la consigna de los estudiantes. Entonces ¿qué estamos esperando para cambiar la educación en Chile?
4.- Estudié en un colegio asqueroso: nadie merece estudiar en un colegio donde los profesores te dicen todo el tiempo que vas a fracasar. Uno espera estudiar, ser estimulado, cultivarse, qué sé yo. Pero hay colegios que son pequeñas industrias de desesperanza, donde nadie da un peso por sus estudiantes, quienes, además, son los más pobres del país. No es justo.
5.- Los más chicos dan cátedra: imposible no apoyar un movimiento donde son los estudiantes, niñitos menores de 18 años, los que les explican a sus padres la importancia de la educación de calidad, volviéndolo un compromiso familiar. Cómo no impresionarse de los dirigentes universitarios que cachan mucho más que los propios ministros y senadores. No sé ustedes, pero yo me saco el sombrero por estos cabros.