Foto vía Baha Char
El otro día un amigo me envío un link que analizaba, brevemente, el trasfondo de revistas femeninas, estilo Cosmopolitan. Al verlo, recordé mis clases de estudios de género y los profundos análisis que hicimos a sus páginas. Obviamente, las hacíamos pedazos a críticas.
En resumen, el link traduce el mensaje de estas revistas, que dicen que para ser feliz tienes que ser más flaca, usar ropa cara, aprender a maquillarte, tener un súper trabajo y mejorar en la cama. O sea, tienes que convertirte en alguien que no eres, tienes que cambiar en 180 grados.
¿Las persuaden estos mandamientos? ¿No les da rabia que una revista les diga aprende a vestirte, aprende a follar, aprende a comer? Yo me rebelo a esos decálogo y las invito a seguirme en mi rebeldía.
No necesito leer una revista para saber qué me hace feliz, ni hacer un test para decidir si tendré sexo en la primera cita, ni mucho menos que me digan qué ropa comprar para verme igual a mil personas más. Son cuestiones que cada una de nosotras, según sus convicciones y personalidad, es capaz de decidir por sí misma.
Chicas, no necesitamos que una revista nos diga qué hacer o cómo comportarnos. No somos estúpidas. Además, no todas somos iguales, por lo mismo, no me parece que existan revistas que nos estandaricen. Cosmopolitan no me manda. No estoy ni ahí con seguir sus consejos.