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En el colegio y la universidad, el clásico lápiz pasta Bic era más que un instrumento para tomar apuntes y escribir torpedos. Era un accesorio multifacético y necesario. El otro día, mientras escribía, recordé lo útil que era y lo mucho que me sacó de apuros. Acá les dejo un breve y nostálgico compendio.
1.- Pelo: cuando no tenía un colet a mano y quería tomarme el pelo, un lápiz Bic era salvador. Me hacía un tomate medio japonés y quedaba bastante firme, sobre todo si usaba dos. Eso sí, mientras aprendía, me rayé ene veces el cuello.
2.- Oculta torpedos: los lápices de pasta son un tubo hueco. Dentro de él, puedes esconder cosas increíbles, como papeles. Mejor cuando son papeles con información privilegiada. Alguna vez metí torpedos dentro de mi lápiz pasta. Un crimen perfecto.
3.- Tirador: sacándole la tripa al lápiz y las dos tapitas, se podía usar como arma mortal. Sólo tenías que meterle un trocito de papel y soplar con fuerza. A veces mis compañeros lo hacían con cáscara de naranja. Qué buenas guerras hacíamos en la sala.
4.- Desestresador: placer culpable y relajación de muchos. Mascar la tapa o la cola de un lápiz pasta es un ejercicio efectivo para liberar tensiones. Eso sí, los dientes son los más infelices con esta terapia.
5.- Rebobinador de cassettes: mi uso alternativo favorito. Qué manera de ahorrar pilas en mi época colegial gracias a este artesanal método. Por si no lo recuerdan, el grosor de un lápiz Bic calzaba justo con el diámetro de los agujeros de un cassette. Así, funcionaba como un rebobinador manual. Un descubrimiento maravilloso.
6.- Traqueotomía: nunca lo hice, ni sé de alguien que lo haya hecho, pero atravesar la garganta de una persona ahogada con un lápiz Bic, es uno de los usos más míticos de esta herramienta. En el colegio se comentaba mucho. Espero nunca llevarlo a la práctica.
¿Conocen algún otro uso para un lápiz Bic?