Riley tiene cinco años y ya se dio cuenta de cómo funciona el mundo para las mujeres y los hombres. Aunque suene exagerado, la primera herramienta sexista son los juguetes: autos y pelotas de fútbol para los niños; muñecas y herramientas de cocina muy rosadas para las niñas. Y esta pequeña entendió esto perfectamente.
En plena juguetería, le reclamó muy molesta a su papá de que todos los juguetes de la sección de chicas fueran princesas de color rosa, sin Super Héroes. "¿Por qué crees que pasa eso?", le preguntó su papá y ella, muy despierta para su edad, respondió y exclamó con mucha claridad:
“¡Por qué las empresas nos engañan para que compremos las cosas rosadas! Algunas niñas pueden querer los super héroes y algunos niños querer las princesas. ¿Por qué sólo las niñas vamos a tener que comprar lo rosado y los niños las cosas de otros colores?”.
Para mí, una capacidad de análisis envidiable para una niña de cinco años. Miren el video y díganme qué opinan ustedes de esta pequeña reivindicadora. Yo la quiero adoptar y que sea mi hija.