Si ya es un caos viajar en el metro, lo peor es cuando va lleno y más encima la gente se pone a pelear. Eso me pasó hoy en la mañana. La estación donde me subo es terminal, por lo que el carro viene vacío, más razón aún para que la gente se pelee por un asiento.
Traté de subirme lo más tranquilamente que se puede y en la puerta de al lado una “señora”, y lo pongo entre comillas por si le puede llamar así, empujó como pudo a todo el mundo con tal de sentarse.
En eso, parece que no se fijó que a su lado subía una joven ciega con su bastón y obviamente que tenía el derecho a su asiento. El asunto es que la niña sufrió los empujones de esta señora, hasta que finalmente se bajó del tren ante el asombro de todos los pasajeros que presenciábamos el espectáculo. Si hasta agua saltó por ahí de alguien que seguramente llevaba una botella abierta.
Afortunadamente a la niña no le pasó nada, pudo sentarse y seguir su camino. Situaciones como éstas son las que no soporto cuando voy en el metro, ya basta con el calor e ir ultra apretada, pero más encima aguantar peleas y escuchar gritos, es algo que me altera y se me aprieta el estómago.
Tratas que el viaje sea lo más ameno posible dentro de lo que se puede, escuchando música e intentando pensar en cualquier cosa menos en el calor. Y estás en eso, cuando de la nada sientes que la gente se pone a pelear, discuten y gritan como si fuera de lo más normal. Generalmente se da por el tema de los asientos, estas “señoras” que se vuelven locas por poder irse sentadas y arrasan con todo en su camino.
Si no, alguien que empujó a otro, que se miraron feo, que dijeron cualquier cosa para ofender, en fin lo que sea es excusa para buscar pelea. Y como consecuencia, los pasajeros miramos con cara de desconcertados y se nos echa a perder el día, o por lo menos el rato que vamos en metro.
Podríamos ser un poco más tolerantes y respetuosos, ¿no creen?