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Es cliché decir que el tiempo pasa rápido, pero quizá en la práctica ese dicho común cobra sentido. Cuando uno mira a los niños se puede dar cuenta. Los sobrinos, los hermanos chicos o los primitos crecen demasiado rápido. De hecho, nuestros propios papás nos dicen eso. Que qué rápido nos hicimos grandes.
¿Se imaginan poder comprar concretamente ese desarrollo? Algo así está detrás de la idea de Vadim Andreev, fotógrafo nacido en Buenos Aires, quien juntó fotos de la infancia de distintos amigos y realizó este interesante montaje. Un viaje en el tiempo instantáneo.
Me dieron ganas de hacer lo mismo con mis fotos. Sería divertido, ¿no creen?
Visto en Boredpanda.com