No sé cómo llegué a esto, porque es bien viejo, pero la cosa es que encontré este reality show (comentario aparte, nada más irreal que un "reality"), del año 2004 llamado "The Swan", que escogía un grupo de mujeres feas para hacerles una renovación completa -cirugía plástica incluida- y volverlas bonitas.
A las minas las hicieron de nuevo, además de operarle sus pifias, a cada una se le asignaba un entrenador personal, un dentista, un estilista y un coach o motivador. La idea era pasar de patito feo a cisne en tres meses. Y qué creen, lo lograron.
La imagen de arriba es elocuente. De ser mujeres normales con un evidente bajo autoestima, pasaron a ser como el estereotipo de la gente de la tele: dientes blancos y brillantes, cabello en una ondulación perfecta y muchas curvas, además de maquillaje y trajes de gala.
Esto es una muestra clara de que cualquiera de nosotras, si tuviera el tiempo y sobre todo muchísimo dinero, podría convertirse en una sexy Jennifer López. Ahora, el otro debate: ¿es una belleza real? ¿Por qué para ser bellas hay que caer en ese molde? Como que anula otro tipo de bellezas.
Confieso que me gustaría, por un día, pasar por una sesión de enchulamiento intensivo, para ver cómo sería yo en versión Hollywood, pero no sé si quisiera ser perfecta 24/07, me gusta mi estilo normal.
Por último, la pregunta de la discordia, ¿se someterían a un cambio tan radical? Claro, si tuvieran la plata o fueran seleccionadas para un espectáculo como éste.