Esta semana ya entraron algunos niños a clases y a otros les queda muy poco para terminar sus vacaciones. Para los más pequeñitos que probablemente irán por primera vez al colegio, debe ser una experiencia que esperan con ansias, mientras que otros le tienen un miedo terrible.
Con esto me acordé de mi primer día escolar, cuando fui a Kinder. La verdad es que cuando chica era super regalona y quizás mis papás pensaron que lloraría o que no querría ir, pero lo cierto es que me porté super bien.
Llegué a la sala, acompañada por mi mamá y me senté en mi puesto. Luego ella se fue y aunque me moría de pena por dentro, me las aguanté y no lloré. Igual me acordaba de las cosas que hacía en la tarde en mi casa y me daba cierta nostalgia.
Mientras tanto, algunos de mis compañeros hacían escándalos y lloraban a mares extrañando a sus papás. Y es que igual es difícil, con apenas cinco años, dejar tu casa, a tu mamá, los juegos a los que estabas acostumbrada y todo, para llegar a un lugar con niños que no conoces y tratar de interactuar.
Algunos incluso seguían llorando días después. Por suerte a mi me fue bien y supe, aunque muy chica, como enfrentar ese primer día de colegio.
¿Qué experiencia tuvieron ustedes en su primer día de clases?