Cuando no tienes pololo, elegir una “pareja” para que te acompañe a un matrimonio puede transformarse en un verdadero cacho.
No sé, siempre he pensado que los matrimonios NO son una fiesta cualquiera, son hasta una ocasión media romanticona; por eso creo que lo ideal es ir con alguien con quien tengas onda. Alguien que te guste y quieras conocer mejor. Pero qué pasa si en verdad no estás interesada en nadie??
Si llegas sola, va a ser una lata. No tienes con quién bailar, con quién estar…porque TODOS están emparejados; además, la gente va a creer que no pudiste conseguir a nadie. Y si pensamos que es una ocasión en la cual se está celebrando el “amor” que dos personas se tienen y quieren compartir el resto de su vida; ser “la solterona” del asunto, no tiene mucho brillo que digamos.
La duda entonces de quién es el compañero ideal se incrementa. ¿Qué será mejor? ¿Ir con una amiga? ¿Con el amigo gay? Difícil decisión.
De todas formas, cuando nos pase esto, lo mejor es hacer la vista gorda y no pensar en “el qué dirán”; ir con quién se nos dé la gana, o hasta sola. Lo importante es creerse el cuento, estar súper segura de una misma y no necesitar que el resto de la gente note que somos unas minas bakanes.
¿Qué creen ustedes?